Todos los hemos visto. Gente misionera con paliacates amarrados a su cuello. Suelen hacerse más visibles en las redes sociales en estas épocas de Semana Santa. Todos suben su foto portando orgullosos este pedazo de tela que aveces solo parece decir: look at me, soy lo máximo por ir a ayudar a tanta gente que me necesita.
Desde afuera, y sin ninguna experiencia misionera, aveces hasta parecía que esas fotos eran solo una cara más del: yo pertenezco a este grupo selecto de gente que somos lo máximo y todos los demás son chusma.
A partir de ahora lo que yo quiero, es hacer un reconocimiento a toda esa gente de paliacate al cuello en Instagram y Facebook. A todos ellos, de ahora en adelante, voy a ser la primera en aplaudirles y voy a ser la que aplauda más fuerte. No hay manera de ser una alma perdida si haces ese tipo de labores.
Nadie que se crea lo máximo está dispuesto a enlodarse, sudar tanto, asolearse, ser picoteado por toda clase de bichos y oler a chivo.
Nadie que se crea lo máximo está dispuesto a entrar a casitas sucias y pegajosas, a abrazar gente que pueda oler mal y limpiar lágrimas y mocos de niños que no se han bañado en días.
Nadie que se crea lo máximo está dispuesto a escuchar tragedias verdaderamente extremas y tan lejanas de nuestro pequeño universo sin conmoverse.
Nadie que se crea lo máximo está dispuesta a salir de cara lavada y jeans sucios a la calle y sonreír sabiendo que eso no es lo que importa.
Pero lo más importante, nadie que se crea lo máximo, está dispuesto a dar siempre más de lo que se le pide. Estoy asombrada del grupo de misioneros con el que me fuí. Dieron hasta la ultima gota de sudor, tanto a la gente de los ejidos, como a el equipo que formamos para que todos los eventos salieran tan bien.
Lo que yo puedo platicar es solo mi experiencia. Antes de irte todo el mundo te cuenta que es una experiencia única, que aprendes a agradecer todas las cosas que tienes, que recibes más de lo que das, que eres el rayo de esperanza para esa gente que no sabe de Dios. Y claro que así fue. Todas esas cosas…. así fue, tal cual. Es más, fue muchísimo más.
Estás vez yo solo fui una simple aprendiz. Absorbí todo lo que pude, me les pegué a todos los expertos que llevan años misionando y me deje sorprendender por otros novatos como yo. Me dejó muy impactada la capacidad y calidez humana de todos. Que padre es pasar una semana entera, la más importante del año, con gente de tantísimo valor y que son un gran ejemplo para mí y para mi familia. No se diga, aprendiendo de la gente de los ejidos que tiene tan poco y te lo quiere dar todo.
A todo esto le sumamos los mejores oficios de Semana Santa que haya vivido, un sacerdote increíble que nos llenaba de inspiración con sus meditaciones y anécdotas, las peregrinaciones con la gente misionera y misionada, la misas organizadas perfectamente y sin perder detalle ni solemnidad bajo un toldo con gallinas y perros atravesándose, las oraciones de la noche en la capilla con puras caras cansadas pero corazones llenos de alegría y sin duda, para mí, la visita al Santísimo más plena de mi vida, acompañándolo mientras oraba en Getsemani después de haber meditado junto a mis compañeros sobre esa noche tan dura frente a una fogata….
Estoy segura que todo el evento será un patreaguas en mi vida espiritual.
Tendría que agregar también las cosas que parecen más triviales pero que no lo son porque ayudaron a tener una misión exitosa: la hacienda preciosa que usamos de centro, los jardines enormes que sirvieron para que los niños y jóvenes se divirtieran y conocieran, las atenciones y comida de la gente encargada, la guitarreada en el “lobby”, la campana (que me parecía tan simpática y era novedad para mí), las caras sonrientes siempre y lo más divertido para todos, las dinámicas de integración.
Excelentes vacaciones. Me llevo algo de cada miembro del equipo misionero. Incluyendo cada adulto y cada niño. Todos aportaron con su toque especial.
Mi admiración y respeto a toda la gente misionera. Espero poder llevar el nombre tan alto como todos ustedes que ya lo portan. Me comprometo a no quitarme el paliacate en todo el año y hacer mi labor como solo ustedes lo saben hacer.
Ahora si a todo pulmón: “Llévame donde los hombres necesiten tus palabras…”
-Tania Armenta
Excelente ! Yo jamás he ido a una misión de ese tipo pero este año por primera vez lo hizo mi hija valientemente de 15 años, lo viví con ella cada foto que llegaba, hasta la noche que me pidió no dejar a la virgen de la casa tan Sola. Aún ella no vuelve a casa sigue en el monte admirando a Jesus … tuve la dicha de vivir un año sabático dedicada a este tipo de cosas dentro de mi comunidad, me costó bajar al mundo de nuevo pero había que hacerlo. Nadie que no vive algo así puede entender hasta esta última fase de no poder encajar en el entorno. Te felicito por este tan Bello artículo … y sigue tu misión siempre !!!
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Muchas gracias Mónica
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Muy bueno tu articulo, mas siento que te falto mencionar que a estos misioneros, los mueve un amor a Dios y una necesidad de imitarlo en su humildad y servicio que no ven, ni huelen ni sienten difernete, solo ven sereshumanos que necesitan de amor y cariño y sobre todo conocer a Dios! Eso es el ideal del misionero. Y para ellos el sacrificio es poco a comparacion de lo mucho que reciben del pueblo y de la rica y fortalecida fe y union a Cristo con la que regressn.
Enmi caso, mis hijas misioneras llegaron no a una hermosa hacienda ni comieron gran cosa! Llegaron a una humilde casa de gente con gran corazon del pueblo, que por esa semana se salieron de ahi para que ellas durmieran en sus slepping bags y todos los dias tuvieron invitaciones para comer ricos frijoles, torillas y nopales que la gente del puebko con alegría les preparaba.
No quisiera que tu artículo de una idea corta de lo que estos peliacates hacen con inmensa alegria y desinteresado amor por llevar a Dios a los hombres,
Y si, son dignos de toda mi admiracion y repeto pues dejan absolutamente TODO, por ser Almas misioneras de Cristo,
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Me encanto! Ser misionero es un orgullo, cambia la vida. El llevar a tus hijos y ver que sin entender mucho se lanzan a trabajar por Cristo con todas sus fuerzas y amor es increíble!
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Así es! Increíble!
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Excelente descripción del orgullo que se siente portar ese paleacate, ya sea verde, azul, rojo, amarillo, etc.
Que gusto que haya personas que se animan a vivir las misiones como tú, en mi caso ya son 5 años en familia y juventud misionera y no cabe duda que cada MegaMisiones aprendes cosas nuevas, la forma en que las personas de las comunidades te tratan te llena de una manera única y espero te haya quedado ganas de regresar el próximo año.
Se necesitan más misioneros, para llegar a aquellos lugares donde no han escuchado de Dios.
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Claro que volveremos el año que entra sDQ!!
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Que maravilla de reflexión se me aguaron los ojos. Esta chiquita me sacudió amamos las Misiones son las mejores vacaciones . Tal cual como las describes.Gracias
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💕💕
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Y después de unos años agregas a la felicidad el ver a tus hijos crecer ahí, aman a Dios a través del prójimo, se maravillan cada vez que logramos transformar una vida y acercarla a Dios, los oyes misionar a otros niños y escuchas a señoras decir que disfrutaron ver a tu hijo comulgar saboreando la prescencia de Jesús en su alma.
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Concuerdo con Guadalupe Farías, si llegaste a una hacienda bonita te fue bien, ya que normalmente llegamos cada año a escuelas, casas en obra negra o cuartos q nos prestan con mucho cariño las personas del pueblo, aunque también depende en que modalidad fuiste, cada color de paliacate indica una modalidad diferente y cada año las misiones se viven de diferente manera. Aún así el espíritu, la intención y la meta siempre es la misma llevar a Dios.
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Felicidades tus comentarios son muy ciertos y alentadores, aclaran las dudas y malos juicios de gente que no conoce la metodología y aún así hace comentarios en contra. Un abrazo
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Muy bueno tu artículo, definitivamente así se viven las misiones.
Ojalá, y pido a Dios así sea, de verdad no olvides tu promesa de no quitarte el paleacate en todo el año, de saber que incluso en el antro sigues siendo misonera y que si hay algo que mueve mas que el amor y la felicidad con las que se vive la misión es el testimonio que se da cuando se está en casa, en la escuela y con los amigos.
Que no se te acabe pronto el furor misionero y que vivas cada día por el resto de tu vida con coherencia, porque una vez que has conocido y sentido el amor de Dios tu vida no puede volver a ser la misma.
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En verdad es un gran honor ser las manos de jesus sacramentado y uno ve muchas transformaciones que DIOS HACE A TRAVEZ DEL ESPÍRITU SANTO
Yo y mi familia hemos estado en familia misionera por 7 años mis dos hijos chicos se fueron a México y Arandas yo me fui con mi esposa a misionar con unos amigos a la sierra de Tepic a unos ejidos y comprendes las pobrezas extremas en las que están estás gentes y te dan todo éramos solo 8 para una comunidad y el párroco y un fraile se repartían para 52 comunidades entre ellas los corasy no se daba abasto el padre lo veíamos como daba todo lo que se dice todo todos somos de alguna forma apóstoles misioneros se necesitan más manos que sigan a jesus y salgan de su Semana Santa de comodidad
Dios los bendiga a todo aquel que valla a misionar en nombre de JESUS.
Por qué él te ama.
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Lo que tu escribiste en este articulo son palabras de todos los que somos misioneros Gracias
Y lo de la Bella Hacienda es lo que a ti te toco Vivir y a otros nos toca vivir sin Hacienda pero si vivir Bello porque todos vamos de la mano del mas Bello a cualquier lugar que nos toca ir con El o encontralo a El A CRISTO REY NUESTRO.
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Hola Tania, gracias por tu artículo, me emocionó. Soy misionera desde hace 17 años. Te ha pasado lo mas importante, uno es el principal misionado. Jesús no se deja ganar. Mi comunidad Misionera es mi familia extendida, las personas de la comunidad que nos toca visitar se quedan en tu corazón para siempre. Los oficios siempre solemnes te permiten vivir y transmitir tu Fe de la mano de Jesús y de María!. Espero que regreses en la Mega 2018. Saludos y oraciones desde Chihuahua
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Hola T. Armenta. Después de siete años de no participar en misiones me decidí a volver… No me equivoqué la experiencia que vives es como si volviera a ser la primera vez hace más de 20 años. Felicidades por compartirnos lo que viviste. Ojalá y sirva para que muchos se animen a vivir una Semana Santa diferente próximo año…
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Hola Tania. Que gusto que hayas escrito sobre esta maravillosa experiencia. No hay Cómo vivirla y Experimentarla para saber realmente lo que es. Mi familia y yo ya tenemos 7 años asintiendo y siempre regres amos a casa con ganas de volver.
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