De mi taller de escritura aprendí la lección más valiosa de todas. No tuvo mucho que ver con técnicas. Hice la primera tarea mal por querer interpretar las instrucciones a juicio mío. La segunda tampoco fue exitosa pues me aferré a escribir a mi manera y sin arriesgarme.
No es que el maestro me fuera a poner tacha, aunque admito que hasta sentía una estrellita en la frente cuando la tarea era bien lograda.
La clave del taller fue otra. El maestro nos decía una y otra vez: “Lo primero que habrán de hacer es soltarse. Escriban sin detenerse, no lo piensen tanto. Hay que calentar la mano.”
Y es que, en verdad, escribir tiene un efecto mágico…
Organiza nuestra cabeza y nuestras ideas. Nos obliga a poner prioridades en nuestros pensamientos y fuera de ellos.
Aprendemos a confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades.
Nos sirve para identificar lo que es verdaderamente valioso. No se puede escribir sin tener claros los objetivos a alcanzar en el escrito y luego reflejado en nuestra vida.
Expresar ideas nos compromete con nuestro prójimo. Nos enseña a ser responsables de lo que se dice con nuestras líneas.
Escribir nos acerca a descubrir lo que en realidad queremos ser y hacer, nos hace reafirmar nuestras intenciones.
Cuando relatamos algo, somos capaces de examinarnos con toda sinceridad y determinar cómo nos sentimos. Nuestras palabras tocan al son de nuestros pensamientos.
Trazar reflexiones nos hace darnos cuenta de la importancia del hoy y del ahora, nos obliga a poner pausa a esta vida acelerada que nos empeñamos en vivir.
Escribir tiene la particularidad de hacernos escapar de la realidad cuando así lo deseamos, o bien, anclarnos a ella cuando nos sentimos perdidos.
Y lo más importante, sentarnos a escribir es la forma más certera de sentirnos iluminados. De la manera más sencilla nos encontramos solamente nosotros, nuestra pluma, y el director de la orquesta de nuestra vida llenando nuestra cabeza por completo.
-T.Armenta
El miedo es un obstáculo a nuestra libertad. De ahí que ser valiente es valioso. Quien escribe es valiente porque deja sus ideas a la vista ( o al tacto) y se muestra ante todos. Es concienciar su Ser y ofrecerlo. Como el virtuoso que interpreta la melodía más armónica lo da todo y nunca queda conforme, quien escribe, hace lo mismo pero la nobleza de su obra perdura mientras que la vida de la melodía es fugaz. Escribir es de valientes porque escribir es uno de los actos humanos más humildes. Tania escribes porque eres valiente y eso te hace más valiosa. Gracias por tus letras. Edgar.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti, Edgar. Que bonitas palabras 😊
Me gustaMe gusta
Muy bien Tania. Tienes este don.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, pa 😘
Me gustaMe gusta